C.F. Casetas
Si algo caracteriza al arquitecto J.J. Gallardo, es que de un encargo tan anodino como puede ser un campo de fútbol de barrio puede crear espacios en donde la estética y lo pragmático no están reñidos.
Un encargo municipal siempre esta expuesto a posibles recortes o pruebas de fuego en cuanto a peticiones externas que pueden acabar con el punto mas original o simpático del proyecto, no olvidemos que un campo de fútbol en un barrio va a ser usado por mucho tipo de gente, sobretodo niños que emulando a sus estrellas quieren disfrutar de un entorno limpio moderno y porque no original, como si de un club de fútbol profesional de los mas destacados se tratase.
En esta construcción, el edificio principal que hace de vestuarios y enclave de guarda utilleria, se realizo exteriormente con planchas de galvanizado en forma de v, sobresaliendo y hundiéndose a lo largo de toda su estructura, al mismo tiempo una original valla dentro de su sencillez constructiva en cuanto a material se refiere, hace juego con el edificio principal desarrollando también un efecto de zig zag en su forma de fijación y llamando la atención por un acertado color rojo vivo, que con otros detalles en ese mismo color como la pequeña chimenea de salida de humos de la zona de calefacción, o las serigrafias que indican en las puertas que tipo de estancias existen, conjugan perfectamente con los tonos grises y verde vivo del campo.
Fotográficamente fue un desafío muy grande pues lo mas llamativo u original según su creador era la valla que rodea el campo por su originalidad y forma, fotografiar dicha valla dentro de lo que entendemos como fotografía de arquitectura resultaba algo peculiar, ya que perdemos cualquier referencia de volumen o textura en si, es como fotografiar al aire mezclado con un cierto mimetismo.