Quizás una de las clases que mas suelen gustar cuando doy clases, (Escuela Spectrum) Zaragoza, es el encuadre y composición en la fotografía, es muy sencillo saber el porque de este hecho, la disciplina fotográfica evidentemente es un medio para transmitir creatividad, ademas de ser una herramienta en nuestra sociedad y como tal quien quiere aprenderla necesita de bastantes clases técnicas en donde se tendrá que saber los parámetros de una cámara y que ademas con la era digital esas clases técnicas se han multiplicado al tener que abarcar otros campos como son los software de edición de imagen, así pues cuando damos un aire de libre creatividad enseñando la composición, los ojos y los oídos de los alumnos suelen estar predispuestos para absorber toda la información que se pueda.
Bajo mi humilde opinión y pensamiento me parece un poco obsceno tener que dar pautas a la creatividad diciendo donde se tienen que poner los elementos pero es necesario tener claros los conceptos básicos compositivos para luego poder romper esas normas o reglas y ser conscientes de nuestra propia imaginación. Aquí no voy ha hablar de todos los recursos compositivos existentes, pues daría para varios libros y de los gordos pero si que hablaremos en este blog de pequeños «trucos» o normas que nos van a facilitar que nuestras fotografías tomen forma y sean al menos atractivas para los ojos de cualquier profano. En todas las disciplinas fotográficas se compone, fotografía de boda, de prensa, publicidad, etc.
Para empezar habría que hablar del principio de la composición y de su auge en la era del renacimiento donde el estudio y refinamiento del mismo llegaba a limites enfermizos, en otro post ya hablare de varias de estas cosas y de algún autor pictórico que podríamos asemejar a la fotografía.
Una de la principal norma de encuadre y composición en la fotografía.
Vamos con la primera y la mas sencilla en cuanto a concepto pero no menos complicada que otros temas. Dejar claro un punto de interés… si, verdad, parece fácil e incluso intuitivo, pero no os dejéis engañar. ¿Cuantas veces habéis hecho una fotografía de un paisaje que a vuestros ojos es impresionante y a la hora de verla en la pantalla del ordenador parece que la imagen no es la misma? efectivamente, pasa muy a menudo cuando uno empieza a sentir el gusanillo y el gusto por la fotografía, esto ocurre porque cuando vemos o miramos un paisaje nuestro cerebro y ojos suelen ser muy selectivos y nos vamos dando cuenta de las cosas de una forma individual, es decir vemos cosas bonitas de una en una y luego a la hora de hacer la fotografía abarcamos todo lo que hemos visto pensando que esa sensación de «bonito» se transmitirá a la imagen fija limitada por cuatro lados. tenemos que tener en cuenta algo y es que en cierto modo somos vagos como observadores, pero no en el momento de tomar la foto sino como espectadores pues necesitamos que nos cuenten algo cuando vemos una cosa y en una imagen fija que no es vídeo se multiplica, en definitiva, en esa imagen en donde hemos abarcado todo lo que os gustaba se disipa el mensaje porque en muchos casos hay demasiados elementos importantes que hacen que el espectador se pierda entre tanta información sin darle un camino para sentir la fotografía.
Nos falta un punto de interés que en una fotografía es importante, no necesariamente tiene que ser un sujeto o un elemento físico, a veces el punto de interés puede ser un color dominante, un tipo de luz, unas sombras o el ambiente, algo que el espectador pueda agarrarse para sentir y observar y sentir que se le esta comunicando algo, aunque la imagen sea «sosa» siempre tendrá un valor añadido cuando exista un punto de interés. Vamos a poner un ejemplo de como solucionar de una forma muy sencilla y porque no decirlo vaga para hacer que una foto de paisaje en donde realmente queramos sacar todo porque nos agrada tenga un valor añadido, seria hacer una panorámica con varias fotos y luego juntarla… el punto de interés será la excepcionalidad de una foto llamativa al ser grande y extensa.