Muere uno de los fotógrafos de una foto icónica.
Llevamos una temporada en la que nos están dejando varios colegas, y no son poca cosa, todo sea dicho, Robert Frank, Leopoldo Pomés y esta vez Charlie Cole, uno de los cuatro fotógrafos que captaron uno de los momentos mas icónicos de la historia del siglo XX, no en vano, la instantánea se convirtió en un icóno social contra la represión. Charlie Cole nos dejó el pasado día 13 de Septiembre a la edad de 64 años en Bali, país en el que residía hace 15 años, nació en Bonham (Texas, EEUU), graduado en periodismo gracias a la profesión militar de su padre, su trabajo estuvo ligado al ejército, cubriendo conflictos como el levantamiento del pueblo filipino en 1985 o las manifestaciones estudiantiles de Corea del Sur de mediados de los ochenta. Un accidente de tráfico, dejó su pierna deshecha y acabó cambiando su profesión por la fotografía comercial.
Lo más destacado de Cole entre los otros tres fotógrafos que captaron imágenes casi calcadas, es que Charlie, ganó el prestigioso certamen World Press Photo de 1990 con su instantánea. Los otros tres fotógrafos serían Stuart Franklin de Magnum Photos, Jeff Widener, para la agencia Associated Press (AP) que fue nominado al premio Pulitzer, y Arthur Tsang Hin Wah, para Reuters, Charlie Cole trabajaba entonces para la publicación Newsweek.
Una foto icónica, un momento histórico.
No obstante vamos a comentar como transcurrió la toma de esta imagen tan peculiar y que los cuatro fotógrafos pudieron ver e inmortalizar. El contexto de la noticia se remonta al año 1989, los chinos animados por una visita del presidente de la Unión Soviética Mijail Gorbachov, se manifiestan con los estudiantes a la cabeza para exigir mas democrácia y sobretodo que se luche contra la corrupción reinante en sus políticas. En Pekín, la Plaza de Tiananmen es ocupada por los estudiantes acompañando esa ocupación con una huelga de hambre, el gobierno dividido entre dialogantes y conservadores duda y en la noche del 3 al 4 de Junio Den Xioa-Ping ordena vaciar la plaza con tanques en un acto de represión sin paliativos y que mediaticamente pondrá en el centro de las miradas al gobierno Chino, el resultado será más de un millar de muertes y descontroladas detenciones.
Según las declaraciones del fotógrafo de Magnum Photos Stuart Franklin, «No es una buena foto, la tomé desde muy lejos, no podía ser de otra manera» en la mañana del 4 de Junio después de la matanza que hubo en la famosa plaza, el ejército ocupa ese lugar, la prensa se encuentra encerrada en el Hotel Beijing. «Las fuerzas de seguridad controlaban todo el edificio y no nos dejaban salir» así que Franklin se refugia inteligentemente en uno de los balcones que daban a la plaza. «Ví con mis propios ojos como el ejército disparaba sobre una columna de estudiantes desarmados, sentí una enorme frustración por no poder bajar a testimoniar» Los carros, después abandonaron la zona por el Este «Fué entonces cuando observé a un joven plantarse delante de la columna de tanques, estuvo discutiendo con ellos durante unos 15 minutos mas o menos, era un gesto de extremada valentía e inaudita en un momento tan dramático, el miedo era saber que podía ser arrollado, disparé cuatro o cinco carretes con un teleobjetivo temiendo que pasara cualquier cosa mientras cambiaba de película, al final unos manifestantes se llevaron al héroe desconocido que desapareció entre la muchedumbre» La fotografía llegó a París escondida en una lata de té, gracias a la complicidad de una estudiante francesa.
Al protagonista de la foto nunca se le pudo dar una identidad, se intentó en vano buscarlo, la asociación de disidentes estudiantes hizo todos los esfuerzos pero nada, lo mas grotesco de este caso es que la foto fue utilizada por el gobierno chino para decir: «Mirad, no hemos reprimido al pueblo. La prueba es que el tanque no aplastó al manifestante».