¿Quien es Martin Parr? Para quien no haya oído hablar de el o no lo conozca (su obra quiero decir) entenderá de algún modo el tono con el que esta entrada esta escrita. La fotografía sarcástica de Martin Parr, es quizás el mejor titulo para definir a un fotógrafo un tanto polémico entre sus colegas pero diferente y muy muy divertido.
Martin Parr, un fotógrafo temprano.
Martin Parr nace en Inglaterra (Epsom) en 1952, pronto se aficionará a la fotografía gracias a su abuelo que le llevará sin dilación a fotografiar con el y lo que es mas importante, a disfrutar de todo el proceso fotográfico, como es el revelado y fijado de las imágenes que aparecen casi por arte de magia en los papeles sensibles, poco mas tarde como estudiante empezará a realizar sus escenografías fotográficas acentuando aun mas su gusto por esta disciplina, en Manchester estudiará durante tres años fotografía en la Escula Politecnica, durante estos años empieza a tener cierta fama al ganar el primer premio del Arts Council de Gran Bretanña. En un mundo gráfico donde las salidas mas normales son la de fotografía publicitaria o foto periodismo, Martin busca una vía mas personal y empieza a apostar por un tipo de fotografía muy documental pero que llevará a un estado profundo de investigación sociológica, sus obras se exponen primeramente en centros comerciales y clubes lúdicos donde se producen también performances, al mismo tiempo publica libros y multiplica mas si cabe sus exposiciones donde la gente se «divierte» en cierto modo de ver como somos como seres humanos, aun así, para vivir y dar de comer a su familia y producir sus proyectos su mayor fuente de ingresos será la de docente desde 1975 a 1990 como profesor de fotografía.
La polémica fotográfica de Martin.
La entrada de Martin en la agencia Magnum Photos en 1994 no será para el un camino de rosas precisamente, pues para poder entrar en la prestigiosa cooperativa se necesita presentar varios proyectos y convivir sin saber que estarás dentro durante al menos dos años en la agencia, una vez hecho esto, los cooperativistas votan quien de los que se están disputando el puesto entra o no, fue la primera vez que en Magnum hubo problemas y acaloradas discusiones entre cooperativistas por dejar entrar a Martin Parr o no, su trabajo sátiro y sarcástico no entraba en las políticas de los fotógrafos mas conservadores donde veían en la fotografía un medio de comunicación donde siempre se tenia que datar de algún modo las penas y las desigualdades y Martin en eso se distanciaba mucho, sus reportajes no faltos de ningún modo de calidad tenían y tienen precisamente ese valor añadido, que al verlos sonreímos y nos informa de forma social de como somos, algo muy difícil, se podría decir que es la comparación entre un actor cómico y uno de drama… y siempre dicen que es mucho mas complicado hacer reír que llorar. In extremis Martin entró a formar parte de la prestigiosa agencia. Hoy en día sigue produciendo sus proyectos y trabaja bajo pedido en reportajes que siempre dan que hablar.
Un estilo fotográfico muy diferente y atrevido.
El estilo de Martin Parr se define como un fotógrafo que intenta descubrirnos la incongruencia del ser humano y la capacidad que tenemos de reírnos de nosotros mismos y porque no de los demás, sus polémicos trabajos en cuanto a debates conservadores no tienen ninguna duda en cuanto a calidad documental y visión fotográfica, el como nadie sabe descubrirnos a la sociedad enferma y delirante, de hecho ningún otro autor aun hoy en día ha sido capaz de acercarse a este particular estilo, sus imágenes llenas de un color a veces casi explosivo y rozando la búsqueda de lo hortera de forma acertada nos trasladan a momentos agobiantes y lúdicos que en sí la gente busca y anhela, sus autorretratos definen claramente la sátira constante riéndose de si mismo, algo que delata una gran inteligencia y un gran humanismo, fue el quien presentó como una técnica más la de fotografiar con flash anular en reportajes donde ni se nos hubiese pasado por la cabeza semejante idea, que ademas funciona concentrando puntos de interés y agrandando la marginalidad de los momentos de engaño propio de nuestra sociedad que pensamos imperturbable.